Cuando estas a punto de visitar un nuevo lugar, siempre
piensas en que cosas te van a sorprender más, si te va a asombrar su cultura,
piensas en cómo te va a responder la gente y si el paisaje será muy distinto
del que nosotros estamos acostumbrados. Mi opción es siempre cerrar los ojos y esperar a emocionarte en ese
nuevo pueblo.
Nuestra aventura empezó perdiendo los dos primeros aviones
que nos llevarían a Dakar, estuvimos horas y horas en el aeropuerto de Madrid.
Y por arte de magia nos vimos pasando un día entero
en Lisboa, conocida como la ciudad de las 7 colinas, porque ese es el número de
elevaciones que constituyen el soporte físico de la ciudad y que condiciona el
paisaje de la ciudad lusa. Y por qué no, disfrutar de un día soleado y bailar al son del Atlántico.
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